Libro No me rendiré, Bobby Sands, 160 pags., 13,00 €
Año 1981. El gobierno de Margaret Thatcher se niega a reconocer el estatus de preso político a los republicanos irlandeses en prisión. Desnudos y aislados en celdas llenas de suciedad y excrementos, deciden dar un paso más en la protesta. El 1 de marzo, Bobby Sands, oficial al mando del IRA en prisión, rechaza la comida. Poco a poco, con el fin de atraer la atención mediática y ejercer presión sobre el gobierno, los presos republicanos se van declarando en huelga de hambre, hasta un total de veintitrés. Los días pasan y el gobierno se niega a negociar. Sesenta y seis días después del inicio de la protesta, Bobby Sands muere de inanición en la cárcel. Después lo harán otros nueve presos.
En este volumen, reunimos el diario que Sands escribió durante los diecinueve primeros días de huelga y los artículos que publicó en la prensa. Nos acercamos al hombre que hay detrás del mito, el hombre cuyo rostro sigue poblando muchos muros en el norte de Irlanda, el hombre que se enfrentó a un imperio. El prólogo corre a cargo de Laurence McKeown, compañero de Sands en la huelga de hambre.
Bobby Sands (1954-1981). Miembro del IRA Provisional y diputado electo del parlamento británico, aunque nunca ocupó su escaño ni juró su cargo. Sands fue uno de los líderes republicanos en prisión que organizó y encabezó la huelga de hambre de 1981 contra el gobierno de la recién elegida Margaret Thatcher. Sesenta y seis días después, moría de inanición en prisión ante la negativa del gobierno a negociar.
Laurence McKeown (1956) ex preso republicano irlandés que cumplió dieciséis años en los bloques H de Long Kesh (1976-1992). En 1981 estuvo en huelga de hambre durante setenta días. Ha trabajado como dramaturgo, escritor y guionista.
Este libro contiene otros dos: un curso abreviado de comunicación (y ciudadanía) digital y un manual de estrategias para intervenir en la esfera pública. Cartografiamos el ecosistema comunicativo: identificamos sus mapas de poder, según quién controla y gestiona los canales y los flujos informativos.
La era digital difumina –pero no borra– la frontera entre emisores y usuarios. Y la capacidad de la ciudadanía para generar y viralizar (des)información no ha redundado en más conocimiento sino en pseudocracia: el gobierno de la mentira. En la democracia deliberativa, que da voz a la sociedad civil, esta actúa como polo de contrapoder: exige transparencia a los representantes de la opinión pública y que los centros de poder rindan cuentas. Para ello, concretamos prácticas y estrategias de generar y procesar información. Las encuadramos en los modelos clásicos que confieren poder a las élites o al «Pueblo» y apostamos por regularlo institucionalmente. Hablamos del poder que consiste en imponer una narrativa pública, con unas agendas y unos marcos determinados.
Así que estos contenidos no conciernen solo a futuros graduados en Comunicación. También constituyen materia de estudio en (pos)grados de Sociología, Ciencias Políticas, Antropología, Trabajo-Educación Social o Magisterio. Igual que la comunicación, estas páginas atraviesan distintas disciplinas y desbordan las fronteras académicas.
Ojalá vuelvan a saltar los muros de los campus y se hagan merecedoras de los elogios que equipararon versiones previas de este libro a un «manual de instrucciones» para generar el relato que la opinión pública asume como propio. Esta es la máxima expresión de poder comunicativo. Y, en democracia, determina quién (no) nos representa y gestiona –o destroza– el bien común.
Catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública desde 2009 (URJC, Madrid), Víctor Sampedro es un pensador de referencia, en la encrucijada entre la comunicación, la ciencia política y la sociología. Con un enfoque post-disciplinar y como preocupación central de su obra, aborda las relaciones entre poder socioeconómico, político y comunicativo. Ha escrito una docena de libros e infinidad de artículos –académicos y periodísticos– sobre campañas y elecciones; tecnología digital, movilización social y electoral; identidades colectivas, movimientos sociales y medios; dietas digitales, polarización y nuevos géneros de información.
El imaginario de la cultura política del siglo xx generado en torno a Stalin es simplificador: Stalin fue una máquina de matar, de exterminio. Sin embargo, es un error juzgar a Stalin desde nuestros valores y tacharlo solamente de «monstruo». Al hacerlo, nos alejamos peligrosamente de una historia fidedigna del siglo xx y desvirtuamos el presente. Además del «monstruo», Robert Service nos presenta al hijo de un hombre alcohólico y de una mujer devota; al joven revolucionario y marxista; al político y estadista; al intelectual y poeta. Más allá del Stalin que la propaganda nos ha legado, está la encarnación del orden comunista, el hombre de Estado que reforzó las estructuras de la Unión Soviética e impidió su desmoronamiento.
Robert Service, haciendo uso de los archivos desvelados tras la disolución de la Unión Soviética, ha dedicado treinta años a la investigación rigurosa y pormenorizada del líder soviético para examinar su compleja figura, carrera, impacto y extraordinaria personalidad, y reconstruir al hombre que hay detrás del mito.
Libro Cinco tesis filosóficas, Mao Zedong, 12 e
Cuando acabó la guerra civil contra el Kuomitang de Chiang Kai-Shek se abre en China un periodo de adecuación de las estructuras políticas del país a la nueva situación. Pero también se hace necesaria una adecuación del pensamiento del Partido Comunista Chino, así como de la sociedad china a los nuevos tiempos.
Tal objetivo precisaba de un fundamento teórico a la altura de su misión de tal manera elaborado que por su densidad y finura constituyera una verdadera aportación a la base teórica en que se asiente la ideología de la nueva sociedad china y que por su claridad de comprensión se convirtiese en un instrumento que ayudara a superar errores y deficiencias. Las tesis filosóficas son textos bastante cortos y fáciles de leer y estudiar. A pesar de que son la aplicación práctica del marxismo en la situación concreta de China, nos pueden ayudar a avanzar en la comprensión del marxismo y así poder aplicarlo a las condiciones concretas de Andalucía.